Debemos siempre descansar en El Señor, Confiar en Él con todo nuestro ser.

Si quieres ver respuesta de Dios, Si quieres ver la mano del Señor en tu vida, no basta solo con encomendarse a Él. Debemos confiar que aquello que hemos dejado en sus manos tendrá buen fin. Sea lo que sea. La escritura es muy amplia en que todo lo debemos encomendar al Señor, ya sea nuestras almas y todo nuestro ser, debemos encomendar aquellas causas en donde Él hará justicia, Debemos encomendarle a nuestros hijos y familia, Debemos encomendar a nuestros Hermanos y Hermanas cuando oramos por ellos y aun a aquellos que no le conocen.

En nuestro diario caminar nos encontraremos ante muchas decisiones que tomar. En nuestro diario caminar enfrentaremos muchas batallas. En nuestro diario caminar lidiamos con las cosas de esta vida en las cuales debemos salir siempre vencedores.

Siempre y en todo debemos encomendarnos a Nuestro Padre Celestial, porque Él tiene cuidado de nosotros. Aun al terminar el día debemos encomendar todo nuestro ser al Señor. Al viajar, al emprender algo, al despertar, y lo más importante es que debemos confiar en Él, descansar en El porqué El Hará. Él traerá luz, Él traerá respuesta, Él nos guiará, Él nos cuidará, Él nos defenderá, Él proveerá Por eso encomendemos siempre al Señor todo nuestro ser y confiemos en Él.

-Encomienda al Señor tu camino, Y confía en él; y él hará. Salmos 37:5

– De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 1 Pedro 4:19

– Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. Hechos 14:23

– En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad. Salmo 31:5

– Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa; Job 5:8

– Encomienda al Señor tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados. Proverbios 16:3.

Termino esta reflexión citando las mismas escrituras

Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Hechos 20:32. Bendiciones