“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Tremendo pasaje el cual nos enseña como descansar nuestros pensamientos en Dios. La palabra griega Merimnao significa: Afán, angustia, ansiedad, preocupación, congoja, tristeza y a la vez ocupado y distraído por todo lo anterior. Sabiendo todo esto ¿Estamos descansando en Dios? ¿Entregamos nuestros afanes y ansiedades a Él? ¿Cómo lograr reposar en Dios? Bueno la respuesta a eso está en el mismo pasaje y es la oración. Es la oración ese momento, ese glorioso encuentro que se puede dar a cualquier hora y en todo lugar. Si la naturaleza creada por Dios es sabia , por ejemplo ¿Qué hacen los animales cuando ven la tormenta venir o un incendio o cualquier tipo de peligro cerca? ¿No buscan acaso un lugar de refugio? Si ellos hacen eso, ¿por qué nosotros si sabemos cuál es nuestro lugar de refugio, por qué no lo hacemos? Volvamos a reposar y a descansar en Dios. El Es nuestro castillo, refugio, roca de salvación, amparo, escondedero, torre fuerte, socorro y dentro de todos esos pasajes que describen la protección y cuidado de Dios hacia nosotros también hablan que Él nos da descanso allí. El problema está también en que buscamos la protección de Dios , pero no estamos soltando las cargas y de tan cargados que estamos a veces ni siquiera llegamos al refugio. ¡Soltemos toda carga y peso que nos agobia! Salmo 55:22 dice “Echa sobre el Señor TU CARGA y El te sustentará” 1 Pedro 5:7 dice: “echando TODA vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros”. Todo aquello que te entristece, acongoja, angustia lleva a tu mente y corazón a afanarse, a preocuparse. Comienza la ansiedad, el estrés, la depresión a carcomer y no hay descanso y se vuelve un círculo destructivo. Es por eso la invitación a volver a la oración, a volver a refugiarnos en Dios, a volver a descansar y reposar en El Señor y es allí y solo allí cuando su paz inundará todo tu ser y veras el fruto de ello. Esto es parte de vivir la fe. Disfrutar del descanso y reposo que Dios nos da y que nos lleva a disfrutar la paz de Dios. Leamos el pasaje de hoy en su contexto: 6 Por NADA estéis ANGUSTIADOS, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda ORACIÓN Y RUEGO, con acción de gracias. 7 Y LA PAZ DE DIOS, que sobrepasa todo ENTENDIMIENTO, guardará VUESTROS CORAZONES y VUESTROS PENSAMIENTOS en Cristo Jesús. Bendiciones a todos mis hermanos y hermanas en la fe. El Señor les bendiga, guarde y fortalezca en la fe cada día.