Una invitación a crecer y no en estatura física, sino a crecer espiritualmente. En toda la escritura encontramos una invitación a crecer Efesios 4:15 dice: «sino que siguiendo la verdad en amor, CREZCAMOS EN TODO en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Ya sea crecer en fe, en amor, en palabra, crecer en Cristo. En esta ocasión es una invitación a crecer en la gracia y el conocimiento de Nuestro Señor ¿Por qué? Bueno, porque crecer en algo es abundar en ello, es prosperar en aquello tanto que puedes dar a otros. Así como aquel que ha crecido en fe. Aquel según la biblia es alguien rico en fe, que su fe ha crecido tanto que alcanza para dar sombra y protección a quienes se allegan a él. Cuando has crecido en fe no solo disfrutas tú de los milagros y bondades de Dios. De la misma manera alguien que crece en la gracia, es alguien que es prospero en ella, es alguien que vive y disfruta de esa gracia abundante y la comparte a los demás ¿La compartes? ¿Das de gracia lo que de gracia has recibido? Crecer es también madurar, es dejar de ser un niño y la escritura misma nos dice que debemos llegar a la estatura del varón perfecto que es Cristo. Debemos crecer también para no ser engañados como un niño y el por qué debemos crecer en la gracia es porque al crecer en ella podemos disfrutar la verdadera gracia y no convertirla en libertinaje. Debemos crecer en la gracia para enseñarla como corresponde, debemos crecer en la gracia para predicar de ella a todos cuantos podamos. Cuando comprendemos que es la gracia no menospreciamos a los demás, no condenamos, ni maldecimos a nadie. Cuando crecemos en la gracia allí aprendemos lo que es el perdón y como debemos perdonar. Cuando crecemos en la gracia corregimos y enseñamos con amor. Cuando crecemos en la gracia nos volvemos misericordiosos porque sabemos que, no mereciendo la misericordia de Dios en otro tiempo, El tuvo misericordia de nosotros. Cuando crecemos en la gracia amamos más a Dios y a nuestro prójimo porque comprendemos el amor de Dios, lo conocemos, lo disfrutamos cada día en cada circunstancia, en cada detalle. ¿Qué sería de nosotros sin la gracia de Dios? ¿Qué podemos hacer sin la gracia de Dios? Por esto y por muchas razones más debemos crecer en la gracia de Dios. Este pasaje hace también la invitación a crecer en el conocimiento de Nuestro Señor y crecer en el conocimiento nos tiene que quedar muy claro que no es saber más de Él, ni años de seminario, ni de instituto teológico. Esas cosas son herramientas y pueden ser útiles, pero el llamado aquí es a crecer en el conocimiento y en la biblia la palabra conocer significa conocer en la intimidad, llegar a ser uno. Por ejemplo, cuando dice Adán conoció a Eva, no significaba que no la conociera sino que se fundieron en el punto más íntimo, sin caretas ni nada que cubra nada, eso es conocer y aplicándolo a que es crecer en el conocimiento de nuestro Señor, significa vivir con El, comer con El, dormir con El, andar con El, una relación total, sin esconder nada , conocerlo a fondo, no que te lo cuenten, no repetir lo que otros dicen del Señor sino vivirlo, conocerlo y es allí cuando tu fe se hace solida porque sabes en quien has creído porque lo conoces. Conoces su amor, su poder, su santidad, su gloria, bondad, justicia, perdón, etc. y disfrutas de estas bendiciones y quieres que otros le conozcan también. Crezcamos no en teoría sino en práctica. Crezcamos en El porque es lo que Él quiere, porque es lo mejor para nosotros. Bendiciones y que la gracia de nuestro Señor sea con cada uno de ustedes y vamos adelante a la perfección, crezcamos juntos, edifiquémonos, exhortémonos, animémonos unos a otros. Crezcamos en todos los aspectos, crezcamos en Cristo.