Como no «oír» La Palabra de Dios si por medio de ella y a través de ella proviene la Fe, y cada vez que vamos a ella, crece la fe en Dios, en lo que El Es, crece la fe en lo que El ha dicho, crece la fe en lo que El ha hecho. Esta misma fe que comienza a crecer luego permite que no solo leamos y oigamos la Palabra , sino que ahora ella misma hace que la leamos y oigamos con fe. Así es como crece la fe en el creyente, al contrario en una persona incrédula no hay fe, y esta no creerá sin ver o tocar aunque oiga y eso no es fe.

Después de resucitado nuestro Señor se presenta a sus Discípulos, pero Tomas no estaba presente y no les cree que habían visto al maestro resucitado, Juan 20:25-29 dice:

Le dijeron, pues, los otros discípulos: –¡Hemos visto al Señor!
Él les dijo: –Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días después estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, se puso en medio y les dijo: ¡Paz a vosotros!
27 Luego dijo a Tomás: -Pon aquí tu dedo y mira mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas «incrédulo, sino creyente». 28 Entonces Tomás respondió y le dijo:–¡Señor mío y Dios mío!
29 Jesús le dijo:
–Porque me has visto, Tomás, creíste; «bienaventurados los que no vieron y creyeron».

Eso es fe, creer sin ver y no al revés, y aquí el problema no es que Tomas no le haya creído a los demás discípulos, por que perfectamente podían estarle jugando una broma. Aquí el problema es que no le había creído al Señor en todas las ocasiones que El le dijo que tenía que morir y que debía resucitar al tercer día. Tomas no había oído con fe, solo había escuchado sonidos, no había prestado atención, no le tomó importancia, y es un problema común, ya que la misma Escritura nos dice algo al respecto del pueblo de Israel.

Hebreos 4:2 dice: También a «nosotros» se nos ha anunciado la buena nueva como «a ellos»; a ellos de nada les sirvió haber «oído la palabra», por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.

Mismo problema, habían oído al Señor, pero no creído, eso no es duda, es de plano incredulidad, y este pasaje nos muestra la importancia de la Palabra de Dios y de oírla con fe y si ya nosotros somos o decimos ser creyentes debemos «oír con fe» y esa fe solida solo tiene una fuente y es La misma Palabra de Dios. La Biblia no es un libro de normas morales y de costumbres religiosas. La biblia es La Palabra de Dios, es su voz, el nos habla a través de ella, y es por eso que debemos oír a Dios a través de ella, si la leemos de esta manera obtendremos mayor fe, por que sabremos que es Dios quien habla, manda, corrige y enseña. Tomémosle el peso a esta verdad. Debemos oír a Dios por y a través de las Escrituras, solo así proviene la fe

Esta fe que viene por el oír, y este oír con fe tuvieron su inicio la primera vez que oímos el evangelio de Nuestro Señor y lo aceptamos y no rechazamos y esto nos habla de la importancia de hablarle a otros de Dios y de predicar su Palabra

Romanos 10:13-17 dice: ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han «oído»? ¿Y cómo «oirán» sin haber quien les predique?
15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»
16 Pero no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: «Señor, ¿Quién ha creído a nuestro anuncio?»
17 Así que la fe «es» por el oír, y el oír, «por» la palabra de Dios.

Así comenzó todo en nosotros, desde la primera vez que oímos el evangelio y esa fe debe ir creciendo cada día y la fuente de esa fe sigue siendo la misma Palabra de Dios

No deje de leer las Escrituras y cada vez que lo haga escuche a Dios a través de ellas y cada vez su fe en El será mayor, será una fe solida por que sabe quien Es El. Será una fe solida por que conocerá las promesas de Dios y descansará en ellas y vivirá de acorde a ellas. En una fe que crece no entran dudas, una fe que crece no la carcome ni la incredulidad y de ejemplos de fe está llena la Biblia, y también nos muestra ejemplos de incredulidad para que no cometamos ese error, No dejemos de oír a Dios cada vez que leamos u oigamos las Escrituras. No seamos incrédulos, seamos creyentes , por que son felices, dichosos, bienaventurados los que creen sin haber visto. y nosotros tal vez no cruzamos el mar rojo con Moisés, ni fuimos echados a los leones, ni a un horno de fuego, ni tampoco vivimos con el Señor, ni caminamos con el, ni vimos como sanó a toda clase de enfermos, pero sepa usted una cosa, mediante la fe usted disfruta de eso y mucho mas, mediante la fe usted camina con Dios y de su mano, puede vivir con el y el con usted, no temerá a ningún gigante, ni mar, ni fuego, ni leones a su alrededor ¿Y sabe por qué? por que su fe ha crecido, pero no se quede allí, su fe debe seguir creciendo. Empapémonos de la Palabra de Dios para crecer en fe cada día, por que no basta con solo creer en Dios y decirlo, sino que además de creer en Dios debemos creerle a Dios, eso es parte del oír con fe

Y no lo olvide nunca

La fe «es» por el oír, y el oír, «por» la palabra de Dios.

Bendiciones